De la ciencia ficción a la realidad: historia de la cirugía robótica

La ciencia ficción es el punto de partida de los inventos. Lo que hoy imaginamos, mañana lo hacemos realidad. En 1921, cuando el escritor sueco Karel Čapek usó por primera vez el término «robot», no imaginó que menos de un siglo después la humanidad pudiera hacer uso de la última tecnología en robots reales aplicados al campo de la medicina.

La cirugía robótica existe desde 1985 cuando se usó el robot PUMA 560 para colocar una aguja para biopsia de cerebro. Luego, en 1988, el robot MROBOT, desarrollado en el Imperial College de Londres, fue utilizado para llevar a cabo una cirugía de próstata por el doctor Nathan Senthil. Incluso antes de terminar el siglo XX, en 1992, se empezaron a realizar reemplazos de cadera con el ROBODOC de Integrated Surgical Systems.

A principios de los años noventa en Estados Unidos, con el trabajo conjunto de la NASA, la Jet Propulsion Laboratory, y emprendedores privados, conformaron una empresa llamada RAMS (Robot Assisted Micro Surgery), cuyo objetivo principal era desarrollar un robot con la destreza suficiente para realizar procedimientos microquirúrgicos y a distancia, surgiendo así el término Tele-cirugía. También se propusieron mejorar, mediante pinzas robóticas, los movimientos de la mano humana logrando así facilitar la realización de la cirugía y volver las operaciones complejas, mínimamente invasivas. En 1994 RAMS creó el primer brazo robótico y al año siguiente desarrolló una estación de trabajo con dos brazos.

Sin embargo, el primer robot aprobado por la FDA (Food and Drug Administration) para utilización en pacientes, es el Da Vinci Surgical System, desarrollado por Intuitive. Así se realizó la primera colecistectomía (intervención donde se extrae la vesícula biliar) con asistencia robótica a distancia en marzo de 1997. El Sistema Quirúrgico da Vinci consta de tres componentes: una consola de cirujanos, un carro robótico del lado del paciente con 4 brazos manipulados por el cirujano, y un sistema de visión 3D de alta definición.

Antes de utilizar el robot Da Vinci para un procedimiento como una cirugía de próstata, se requería una incisión de hasta 25 centímetros, lo cual provocaba una pérdida considerable de sangre, adicionalmente dolor postquirúrgico significativo, recuperación prolongada e incómoda y adicionalmente no se podía predecir su impacto sobre la continencia y la función sexual.

Gracias a esta moderna tecnología, en Cirurobótica contamos con el robot Da Vinci que permite cirugías laparoscópicas facilitadas por el uso de máquinas que miniaturizan los movimientos naturales del cirujano y permiten una mayor visión y precisión, ofreciendo así las siguientes ventajas:

  • Drástica reducción en el dolor.
  • Recuperación acelerada que permite volver rápidamente a la actividad diaria.
  • Reducción de la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y la estancia hospitalaria.
  • Mejora en la función pulmonar postoperatoria.
  • Mejora de la calidad de vida.
  • Reducción de la necesidad de rehabilitación cardíaca para pacientes hospitalizados.
  • Resultados estéticos altamente mejorados.

No dude en contactarnos para mayor información y una completa valoración de su caso de la mano de nuestros especialistas nacionales e internacionales pioneros en cirugía robótica en América Latina.